PRINCIPIOS BÁSICOS DE ECONOMÍA APLICADOS A LA GERENCIA Autor de la entrada: Mauricio Reyes Reyes En toda empresa, del tipo y tama...

PRINCIPIOS BÁSICOS DE ECONOMÍA APLICADOS A LA GERENCIA

PRINCIPIOS BÁSICOS DE ECONOMÍA APLICADOS A LA GERENCIA
Autor de la entrada: Mauricio Reyes Reyes



En toda empresa, del tipo y tamaño que esta sea, se deben tomar muchas decisiones: debe decidirse ¿cuáles tareas serán realizadas por cada uno de sus miembros y que recibirán a cambio? ¿quién ordena la bodega? ¿quién realiza la limpieza? ¿a quién le toca visitar a los clientes? ¿quién hará los depósitos en el banco? En suma, en una empresa se deben distribuir los recursos, que son escasos, entre los diferentes miembros según sus habilidades, esfuerzos y deseos.

A continuación, se presentan cuatro principios de economía que pueden explicar el comportamiento de los miembros de una empresa y que todo gerente debe saber para tomar las mejores decisiones.

Principio 1: Las personas enfrentan trade offs (intercambios o concesiones) 

Un economista inmortalizó hace algunos años el sentido de este principio con la máxima “no existen los almuerzos gratuitos”: Para obtener algo que queremos, generalmente debemos dar a cambio otra cosa que también queremos. Al tomar una decisión, sacrificamos un objetivo por la consecución de otro.


Uno de los recursos más escasos de los Gerentes es su tiempo: cuando se estudia para el aprendizaje de un nuevo idioma, se está dejando de atender alguna actividad de la empresa. No sólo eso, mientras se estudia se están dejando de lado otras actividades que le reportan satisfacción al Gerente como dormir, ver televisión, hacer deportes, pasar tiempo con su familia, etc.
Las empresas también enfrentan trade offs: en todo momento deben decidir si aumentan la capacidad de planta o mejoran la imagen de la misma; si compran una nueva unidad para la distribución de sus productos o si mejoran las condiciones de trabajo para el bienestar de sus colaboradores; si mejorar el plan de incentivos o realizan un cambio en todo el sistema de registro contable. Así, cuando se gasta dinero en una actividad, se dispone de menos para gastar en alguna otra.

El reconocer que los funcionarios de una empresa enfrentan trade offs no nos dice a priori qué decisiones deben tomarse. Sin embargo, dicho reconocimiento es importante porque será más probable que los jefes tomen buenas decisiones si ellos entienden qué opciones tienen disponibles.

Principio 2: El costo de algo es lo que dejas de percibir por obtenerlo

 Dado que los Gerentes de una empresa enfrentan trade offs, el decidir entre dos alternativas requiere la previa comparación entre los beneficios y los costos que implica cada una. Muchas veces, sin embargo, el costo de una acción no es tan obvio como a primera vista pudiera parecer.

Consideremos por ejemplo la decisión de estudiar un nuevo idioma para poder comunicarse con mayor propiedad con clientes extranjeros. Los beneficios de esta decisión pueden resumirse como enriquecimiento intelectual y mejor desempeño en el trabajo. ¿Cuales son los costos? Obviamente dentro de ellos debemos incluir el costo monetario de la matrícula, libros de texto y de trabajo en casa, transporte y cualquier otro costo asociado a la actividad de aprendizaje. 

También es necesario considerar el tiempo que se dedica para asistir a la escuela de idiomas y el que se destina a estudiar y hacer las tareas en casa. La valorización de este tiempo corresponde al mejor “momento” que hubiese percibido por hacer otra cosa en lugar de estudiar. Esto es lo que se conoce como costo de oportunidad: el costo real de algo está representado por lo que se dejó de ganar o hacer para obtenerlo. 
Imaginemos el caso de un Gerente de Ventas que está cansado de recibir rechazos de los posibles clientes y que decide no volver a ofrecerles el producto de su empresa. En este caso queda claro que el costo de su decisión de no insistir en las ventas es lo que dejará de percibir por insistir una vez más ante los clientes potenciales.

“Moraleja: antes de tomar decisiones valorar su impacto real en costos, incluyendo los costos de oportunidad”

Principio 3: Las personas responden a incentivos

Dado que la gente toma decisiones comparando costos y beneficios su comportamiento cambia cuando cambian dichos costos y beneficios. Un ejemplo patético de lo anterior se verifica con la asistencia de malabaristas a los semáforos más concurridos de la capital, que reciben una cantidad de dinero por mostrar sus habilidades con el lanzamiento al aire de bolas, aros y en casos extremos de cuchillos afilados o bastones con fuego. Ellos pasan horas bajo el sol y corren el riesgo de sufrir algún accidente por la actividad que realizan.

Aquí es importante resaltar el rol de los incentivos sobre la conducta humana cuando se analizan este y otro tipo de actividades. Si los conductores de autos deciden no “reconocer” monetariamente las habilidades de los malabaristas esto alterará fuertemente la estructura existente de beneficios y costos y podría ocasionar que estas personas consideren abandonar esta actividad y dedicarse a otra que podría brindarles más beneficios que costos.

Incluso se da el caso de situaciones en las que se producen efectos inesperados producto de un análisis incompleto de las decisiones que se toman. En algunos casos podría suceder que los malabaristas al no recibir el “reconocimiento” esperado tomen la decisión de causar algún daño “menor” a los autos que circulan en la vía, lo que siempre será un “gran daño” para el dueño del automóvil.

Lo anterior puede ser similar al comportamiento que podrían presentar los colaboradores de una empresa ante la valoración que hagan de los incentivos que reciben por el desarrollo de sus trabajos dada la valoración que ellos hagan por el costo de realizarlo. 

Principio 4: El comercio puede mejorar el bienestar de cada individuo

Este principio lo explicaremos con una pregunta: ¿Debe el Gerente de Administración y Finanzas controlar la caja chica de la empresa?

El Gerente de Administración y Finanzas de una empresa es un dirigente de la misma. Sus conocimientos sobre administración y contabilidad le pueden ayudar para controlar de manera eficaz y eficiente los movimientos de la caja chica de la empresa de forma más rápida que el mismo Responsable de Caja Chica. Pero por el hecho de que pueda, ¿debe hacerlo? Para responder a la pregunta anterior uno debe considerar los conceptos de costo de oportunidad y ventaja comparativa.
Digamos que el Gerente de Administración y Finanzas puede hacer el reporte de los movimientos mensuales de caja chica en dos horas. En las mismas dos horas él pudo haber elaborado, para someter al Gerente General, las propuestas anuales de programación financiera de la empresa. Asumamos que el Gerente recibe un salario de US$10 por hora.

Por otra parte, un Responsable de Caja Chica puede hacer el reporte de los movimientos mensuales de caja chica en cuatro horas. En esas mismas cuatro horas él pudo realizar otra actividad económica y ganar US$3 por hora.

En este ejemplo, el costo de oportunidad del Gerente de Administración y Finanzas por preparar el reporte de caja chica es de US$20 y el del Responsable de Caja Chica es de US$12. El Gerente de Administración y Finanzas tiene una ventaja absoluta en hacer el reporte porque puede hacerlo en menos tiempo, pero el Responsable de Caja Chica tiene una ventaja relativa, porque tiene un menor costo de oportunidad.

Las ganancias que se derivan del comercio (¡¡¡o acuerdo entre ambos!!!) en este ejemplo, son tremendas: en lugar de hacer el reporte, el Gerente de Administración y Finanzas debe dejar al Responsable de Caja Chica para que lo haga y él entonces puede dedicarse a realizar la programación financiera de la empresa, cosa que es de mayor valor y requiere sus conocimientos especializados. Mientras el Gerente de Administración y Finanzas “pague” al Responsable de Caja Chica más de US$12 y menos de US$20, ambos estarán mejor con el intercambio y la empresa también ¡!!.
Lo que nos indica este principio es que en una empresa los funcionarios de la misma deberían enfocarse en la realización de aquellas actividades en las que tengan la posibilidad de realizar el máximo aporte de valor a la organización dentro de su ámbito de responsabilidad, debiendo delegar aquellas que aporten menos valor a las personas que tienen un menor costo de oportunidad. 
En general, es productivo eliminar los desperdicios.