EL ELEVADOR DE LOS ESTADOS DE ÁNIMO CONTROLE SUS PENSAMIENTOS PARA CONTROLAR SU ÁNIMO EL MODELO DEL ELEVADOR Los modelos sirven para ...

EL ELEVADOR DE LOS ESTADOS DE ÁNIMO

EL ELEVADOR DE LOS ESTADOS DE ÁNIMO

CONTROLE SUS PENSAMIENTOS PARA CONTROLAR SU ÁNIMO

EL MODELO DEL ELEVADOR

Los modelos sirven para facilitar la comprensión de cosas que son muy complejas. Si bien ningún modelo es exacto, algunos son suficientemente buenos como para ser muy útiles. Este es el caso del modelo del elevador

En cada momento de la vida tenemos cierto estado de ánimo. El estado de ánimo que prevalece, dónde estamos la mayor parte del tiempo, determina en gran medida la calidad de nuestras vidas.
Los principales estados de ánimo de más positivos a más negativos representan los "pisos" del elevador. Los estados positivos están por encima del nivel base, en los pisos superiores;  y los negativos, por debajo, hacia el sótano.

Agradecido = piso más alto
Sabio
Creativo, innovador
Con recursos
Esperanzado, optimista
Apreciativo
Paciente, comprensivo
Con sentido del humor
Flexible, adaptable
             Curioso interesado = piso cero
Impaciente, frustrado
Irritado, aburrido
Preocupado, ansioso
Defensivo, inseguro
Hago juicios sobre los demás, culpo
Con derecho propio
Estresado, fundido
Enojado, hostil
Deprimido = piso más bajo



A diario nos movemos arriba y abajo por el elevador. Sería excelente que hubiera un motor que haga subir el elevador cuando lo necesitemos. Y lograr que se reduzca lo más posible el tiempo que pasamos en las zonas bajas.
El Elevador se relaciona con uno y con su vida. Muchos de los niveles son bien familiares. Todos hemos estado en cada uno de ellos. Hay momentos en que estamos iluminados, bien arriba. Estamos en contacto con las cosas que agradecemos en la vida, nos sentimos más seguros, confidentes, creativos, y con recursos. No nos molestan fácilmente las situaciones o las personas. No sudamos con las cosas pequeñas. Somos más curiosos y tenemos mejor sentido del humor. Hay más facilidad y gracia, vamos más con el flujo de la vida, y más conectado con la sabiduría mundial. En esos momentos estamos “arriba” en el elevador. 

Pero ser humano significa que hay otros momentos en los que estamos debajo. En esos días la vida no parece tan buena y no nos sentimos bien. Son tiempos en los que nos sentimos inseguros, irritados, aburridos, y nos preocupamos más. En esos días nos molestamos fácilmente. Tendemos a juzgar más y a ser menos tolerantes. Nos podemos sentir bajos, preocupados, muy pasivos, con poca energía, o (por el contrario) estamos nerviosos y muy activos. 
La clave para el éxito, para vivir con menos stress, y tener una mejor experiencia de vida, es estar la mayor parte del tiempo en los niveles superiores, y visitat poco los pisos bajos. Es importante saber "salir" de los pisos bajos, porque todo vamos allí en ocasiones. 

¿DE DÓNDE VIENEN LOS ESTADOS DE ÁNIMO? 

 El estado de ánimo lo crea nuestro pensamiento; es decir, nosotros mismos. Si bien hay cosas o eventos que disparan nuestros pensamientos, nosotros somos los que pensamos. Ante un mismo estímulo, podemos reaccionar de manera defensiva, o de forma curiosa, o de manera positiva. Eso depende de nosotros.
¿Cómo?
Los estímulos (internos o externos) crean pensamientos. Los pensamientos generan sentimientos. Y los sentimientos definen nuestro estado de ánimo. 
Por consiguiente, si controlamos lo que pensamos (o sea, cómo respondemos a los estímulos), podemos influir en nuestro estado de ánimo.
Este es el gran hallazgo: Controlando nuestros pensamientos nos podemos mover a los pisos superiores del elevador. 
Por supuesto, esto no es fácil, ni siquiera es siempre posible, pero muchas veces sí funciona. No hay nada de malo ni de bueno en un estímulo en sí, el que hace que sea "bueno" o "malo"  es el pensamiento que tenemos ante dicho estímulo.
Por ejemplo, lo que hace un niño a veces nos parece genial, y otras veces nos irrita tremendamente.
Al entender que son nuestros pensamientos los que crean el estado de ánimo, nos resulta más fácil dejar de culpar a los eventos, circunstancias, o a los demás por lo que nos pasa. Nos vamos a preocupar menos, por cosas que aun no han pasado (las preocupaciones las construimos en la mente: son recuerdos de cosas que no han ocurrido y que tal vez ni ocurran).

PENSAMOS CON DIFERENTE CALIDAD SEGÚN EL PISO EN QUE ESTEMOS

La calidad de nuestras ideas, pensamientos, intervenciones, e, incluso, nuestra inteligencia emocional, depende mucho del piso en que estemos en ese momentos. Por ejemplo, es muy difícil ser objetivo, justo, y escuchar cuando se está en un piso bajo y; por el contrario, es fácil ser comprensivo, tolerante, y con mejores ideas cuando estamos en pisos superiores.
La guía para vivir la mayor parte del tiempo en los pisos superiores es apegar nuestras actitudes a un conjunto de valores universales, como:


  • Espíritu positivo, optimista con respeto, veracidad, reconocimiento, cuidado, y un estado positivo de la mente en lugar de pesimismo, cinismo, y engaño.
  • Responsabilidad personal y un deseo de excelencia en lugar de excusas y culpas.
  •  Relaciones de apoyo y trabajo en equipo para hacer un gran trabajo, en lugar egoísmo, feudos, y guerras internas.
  •  Mentalidad abierta, curiosa, y de aprendizaje, apoyada por una tendencia a asumir riesgos e innovar, en lugar de juzgar y resistirse a las ideas nuevas.
  • Integridad y autenticidad, en lugar de pretensiones y falta de transparencia.
  • Propósito, incluyendo la conexión con la causa noble que impulsa la organización o su razón de existir, y un deseo para enfocar en el bien mayor, en lugar de un interés estrecho.

 USAR COMO GUÍA LO QUE ESTÁS SINTIENDO

La forma de usar el modelo del Elevador es prestar atención a cómo nos estamos sintiendo. Los pensamientos, que son invisibles, crean sentimientos, que son detectables. Usamor el elevador como un detector de sentimientos. Aprendemos a reconocer los sentimientos familiares ("me estoy comenzando a enojar", "qué bien me estoy sintiendo ahora.", etc.)
Algunas personas andan consigo una lista de los sentimientos (los pisos) del elevador, para que les sea más fácil reconocer en qué piso se encuentran ahora mismo.
Los elevadores tienen un botón de PARAR
En nuestro modelo, el botón de parar es el sentimiento de CURIOSIDAD, INTERÉS. Cuando "presionamos" ese botón, nuestro estado de ánimo se mueve al nivel 0.
La curiosidad es un nivel importante. Vivir con curiosidad es lo que permite frenar el elevador cuando va hacia abajo. Cuando alguien hace algo que no entiendo o con lo que no estoy de acuerdo, puedo elegir ser irritado, temperamental o molesto. O puedo elegir ser curioso. ¿Por qué hizo eso? ¿Por qué lo estoy viendo de esa manera?
En lugar de atacar de inmediato, mejor ser curioso. Preguntar por más, tratar de que el otro te ayude a entender su punto de vista. Con esto se logra un resultado diferente, un sentimiento distinto. No importa dónde termine la conversación, siempre es mejor comenrzar por ser curioso. Para salir de las curvas que te tira la vida, se requiere un estado mental de curiosidad. 
Hay cosas que sólo podemos hacer porque somos curiosos. 

Hay motivos por los cuáles la gente reacciona ante lo nuevo de forma defensiva o agresiva, en lugar de con curiosidad. Tenemos la razón, el otro no. Tenemos la respuesta, el otro no. Queremos que las cosas sean del modo que consideramos que son correctas. Cuando no ocurre esto, es más fácil culpar que explorar lo desconocido. Si algo no encaja en nuestra imagen, lo invalidamos, en lugar de revisar la imagen. 


Por eso tenemos discusiones acaloradas, incluso con seres queridos, sobre cosas sin importancia. La forma más elevada de inteligencia es observar sin juzgar. Por juzgar demasiado, en lugar de ser curiosos, hay divorcios y pleitos. Todos pueden caer en la trampa de juzgar. Mirar todo como si fuera la primera vez, con la curiosidad de un niño, llenos de preguntas. 


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