Las fronteras
Se dice que las víctimas son personas que no tiene fronteras definidas y que no saben defender las mismas. No han establecido las fronteras invisibles de compromiso personal. Lo que van a tolerar y lo que no. Esas son fronteras en sus formas más sencillas.
Pero hay otras fronteras invisibles que hay que respetar tanto como las fronteras físicas, son las fronteras de los demás. La cerca que mantiene al perro del vecino fuera de tu propiedad es la misma que mantiene a tu perro dentro de ella.
Las fronteras funcionan en dos direcciones pues, previenen que los demás te invadan tu espacio y también que invadas el espacio de otros.
Si no conocemos nuestras fronteras, no sólo no sabemos cuándo se ha invadido nuestro espacio, sino que no sabemos cuándo hemos invadido el espacio de los demás.
Hasta no entender la naturaleza dual de las fronteras no podemos entender de verdad como es estar seguro y evitar en lo posible ser víctimas de la violencia.
Esto es especialmente cierto cuando se trata de "defender" nuestras fronteras. Aunque pueda sonar raro, muchos incidentes han escalado a violentos porque la víctima invade el espacio del atacante. A este nivel básico se puede decir que tu derecho a defenderte termina en tus fronteras. Ir más allá de ese punto te convierte en el agresor.
Antes de
entender la diferencia entre asertivo y agresivo, hay que reconocer la
naturaleza territorial de la humanidad. Es sacar los supuestos que tienes
subconscientes a nivel consciente. Una vez que estás conscientemente al tanto
de estos supuestos y estándares, tienes muchos más chances de ser asertivo que
de ser agresivo. Para eso, comenzamos con un ejercicio de imaginación...mi propiedad.
MI PROPIEDAD
Imaginemos que tengo una casa con un jardín al lado de la casa, y un patio con césped que termina en parte en la calle y en parte en una cerca con los vecinos. Esta es mi propiedad. Con esto en mente, ¿qué me enoja más que alguien pise el césped mientras anda por la calle o que alguien
aplaste las flores en el jardín de la casa?
Teóricamente,
ambos están aplastando plantas en mi propiedad. Pero hay una diferencia, y
lo sé de modo inconsciente. Me molesta más que aplaste las flores de mi jardín.
Esto lo
sé porque, si bien reconozco que todo es mío, no todo vale igual. No es algo homogéneo. Mi "espacio" puede tener diferentes tonalidades, supuestos
inconscientes, y estándares. Lo que es "mío" está lleno con
diferentes "niveles de inversión" (le doy más peso al jardín que al
césped). No hay nada blanco o negro con lo que es "mío", sino una
compleja colección de sombras.
Mi propiedad tiene límites, pues da a la calle y a los vecinos. Además está el área pegada a mi casa (el patio, el jardín), pero tengo también un césped que va del jardín a la calle y a la cerca. Y está el interior de la casa. Hay partes en mi casa que un
visitante ve, y otras que son privadas, y sólo las ve la familia o el que es
invitado a ellas.
Hay
muchos aspectos individuales metidos aquí. Y hay solapes. Uno de esos es la
idea del grado de inversión. El espacio cerca de mi casa estará usualmente en
mejor condición que la línea fronteriza. Es que, como mucha gente hace, también invierto más tiempo y energía en las áreas más cercanas a la casa y en las áreas internas.
Mientras
más te metes en mi propiedad, más estás tocando áreas donde he invertido más, y por tanto, sobre las que tengo más sentido de posesión.
He trabajado duro e invertido mucho para tener esto. No sólo espero que esta inversión sea respetada, también espero que ocurra algún grado de violación de mis fronteras. Por eso, las plantas que están en la línea que da a la calle y cerca de la cerca del vecino son plantas baratas y más resistentes a las transgresiones causales . Más cerca de
la casa, donde es mucho menos probable que existan transgresiones causales, he sembrado plantas más delicadas.
Descanso en el supuesto que todo el
que entre a mi propiedad va a respetar las convenciones, y no va a aplastar las
plantas delicadas. Esto es parte de por qué me molesta menos una transgresión
en la línea de la propiedad que en el jardín de al lado de la casa.
Hay que añadir a esto que también tengo supuestos acerca de cómo la gente entra a mi propiedad. Por ejemplo, tolero que alguien entre por los caminos
"aprobados" (por ejemplo, las aceras o los trillos), pero
considero una violación si se entra por otro lado (como por la cerca de
atrás o por medio del jardín).
Y esto, sin entrar a la casa todavía.
Pero
sólo porque alguien esté en mi propiedad, en la puerta, no significa que lo invitaré a
entrar a la casa. Y no porque tenga acceso a la sala le voy a permitir que
entre a los cuartos. Cuando invito a alguien a la casa espero que se
comporten con respeto al hecho que le estoy permitiendo estar en un área en
la que he hecho una gran inversión personal y sobre la que soy posesivo.
ASERTIVO VS. AGRESIVO
La imagen de "Mi Propiedad" demuestra la gran variedad de supuestos, reglas y estándares que tenemos sólo con relación a la propiedad y sobre cómo queremos ser tratados. Si las normas de
conducta son así de complejas con algo tan sencillo como la propiedad, imagine
cuán complejas van a ser respecto a algo tan subjetivo como las emociones, la
ira o las fronteras (físicas y mentales) que establecemos.
Desafortunadamente, mucha gente que es atacada cree que está siendo asertivo cuando, de hecho, está siendo agresivo.
La
diferencia entre ser asertivo y ser agresivo, se puede ver claramente en este símil.
Ser asertivo es sacar a alguien de tu propiedad antes que invada tu
hogar. No es sólo mantenerlo fuera del hogar, es sacarlo de la propiedad y
regresarlo a la calle antes que puedan hacer algún daño. Es usar la fuerza
apropiada pasa sacar a alguien de tu espacio y establecer una frontera entre
esa persona y tú. Con buenas cercas hay buenos vecinos. En breve, ser asertivo permite tanto mantenerte en tu lado de la cerca como coexistir.

Por el
contrario, ser
agresivo es el equivalente mental y emocional de perseguir al trasgresor fuera de mi propiedad, a lo largo de la calle, y hasta su propia puerta. Si
bien puedes sentir que esto es necesario para proteger tu "propiedad
emocional", ya no te estarías defendiendo.
Has cruzado la línea de lo
asertivo para caer en lo agresivo. Un gran problema con este tipo de
comportamiento es que la persona que persigues ya va corriendo para alejarse de
tu propiedad, ya está en un espacio público, ya no es una amenaza inmediata. Ahora parece como si lo estás persiguiendo a él, pareces el agresor. Y
cuando llega a su casa, a su "portal emocional", no va a tener otra
opción que dar la vuelta y tratar de golpearte.
Visto en
estos términos, te puede resultar raro que la mayoría de la gente se sorprenda
cuando una situación se les vuelve violenta. Pero la simple verdad es que mucha
gente que cree que está "protegiendo" su propiedad o su persona,
pasan esta línea de ser asertivo a ser agresivo. Y ni siquiera se dan cuenta de
eso. Al hacerlo, no dejan al otro ninguna opción, salvo ser violentos
físicamente. Están provocando un contra ataque.