EL MONO QUE TENEMOS DENTRO EL MODELO DE LOS TRES CEREBROS Portamos tres cerebros en la cabeza: el  lagarto , el  mono , y el  humano . ...

EL MONO QUE TENEMOS DENTRO

EL MONO QUE TENEMOS DENTRO

EL MODELO DE LOS TRES CEREBROS

Portamos tres cerebros en la cabeza: el lagarto, el mono, y el humano. Cada parte gestiona un aspecto diferente de nuestra vida. Si bien este modelo es sencillo, es altamente ilustrativo, como se verá. Y es también útil para recordar y usar en las situaciones cotidianas de la vida. Son como tres consejeros (un lagarto, un mono, un humano) para ayudarle a dirigir, pero usted sigue estando a cargo. 
Este modelo es útil para manejar con seguridad situaciones de crisis. En las mismas se necesita escuchar más al lagarto y al humano que al mono, que son mucho más competentes para gestionar las emergencias. Hay que mantener al lagarto y al mono dentro de límites razonables (el humano), especialmente cuando nos gritan que actuemos de forma visceral. 

EL LAGARTO
Es la parte más antigua y más primitiva de nuestro cerebro. Es quien gestiona los asuntos de supervivencia profunda, como respirar, moverse, las relaciones espaciales, el sexo, escapar de predadores, y otros procesos primitivos de supervivencia. 
También gestiona procesos complejos a nivel casi inconsciente, como manejar. El acto de manejar es muy complejo, pero luego que se hace por un tiempo, parece fácil, pero esto no es porque no se requiera esfuerzos. es simplemente porque todos los movimientos complejos, procesos subconscientes, valoraciones espaciales, y reacciones están manejadas por el lagarto a un nivel mucho más profundo que el proceso de pensamiento consciente. Si al manejar hubiera que procesar de modo consciente toda la información que se requiere, decidir qué hacer, e implementarlo, no pasarían muchos segundos antes de tener un accidente. 
Otra cosa donde el lagarto es muy bueno es para identificar peligro físico inmediato. En nuestro mundo moderno seguro tenemos poca experiencia para tratar con el peligro físico, lo que es radicalmente opuesto a la situación de nuestros ancestros. No es que ahora no veamos el peligro físico o su acercamiento, sino que muchas personas se han condicionado a enfocar más en los peligros emocionales que en los físicos. Y es ahí donde reina el mono. 
Nos gusta pensar que somos seres racionales, pero en lo profundo seguimos siendo animales, y eso es lo que ha mantenido viva nuestra especie. Cuando el lagarto está a cargo (al tener sexo, deportes, y en situaciones de supervivencia) usted no es la misma persona. Y la respuesta puede ir desde congelarse, a entrar en crisis, o a responder de modo totalmente controlado. 
Por eso, el lagarto no juega ahora un papel tan activo en nuestras vidas, está más bien dormido. Pero se despertará si hace falta. Ante una situación de violencia extrema, sin embargo, el condicionamiento social hará que muchos mueran antes que se llegue al punto de liberar al lagarto. 
El primer paso es saber que tenemos un lagarto dormido dentro. El segundo es aprender cómo acceder al mismo. Lo tercero es comenzar a escuchar cuando esa parte del cerebro te comienza a advertir acerca de algo. Y lo cuarto, al ver desarrollándose una situación peligrosa, saber despertar al lagarto. 

EL HUMANO
Es la parte lógica, racional, que resuelve problemas. Es la que gestiona cosas como las matemáticas, el idioma, y las soluciones. En términos de evolución, esta es la parte más nueva del cerebro. Es muy lenta, pero a pesar de eso, es muy agradable. Viene asociada a cosas como la medicina, la ingeniería, la construcción, las computadoras, la ciencia, etc. 
Donde la parte humana del cerebro falla es cuando tiene que dar respuestas rápidas, en las situaciones donde no hay tiempo para pensar pero hay que responder de inmediato y poner esa respuesta en acción sin dilación alguna. 
Por supuesto, si la reacción que se necesita es porque un tigre te salta desde un arbusto, quien se encarga es el lagarto, pero ¿qué tipo de cubierto usar? ¿cómo tratar con un jefe estúpido? ¿qué decir para que no te golpeen? ¿cómo lidiar con un taxista enojado? Bienvenido al cerebro del mono. 

EL MONO 
El mono representa el cerebro psico-social. Lleva una larga lista de "cuando pase X lo que harás es Y." Esas listas forman guiones, como responder "de nada" cuando alguien le dice "gracias". Esto se hace sin pensar. 
Cuando ocurre el estímulo se sigue automáticamente el guión. Si el guión no se sigue, ocurre una insatisfacción emocional. El mono está descontento. Y un mono molesto se lanza en una cruzada para componer las cosas. Pero esa molestia es una emoción secundaria, que sigue a la confusión inicial del mono y a darse cuenta que no se están cumpliendo necesidades percibidas, expectativas, estándares y creencias. 
Es lo que ocurre cuando una persona saluda a un extraño y este, en lugar de responder, lo mira extrañado, da la vuelta y se va. Se rompe el guión. Y a la confusión inicial sigue la negatividad. Y una de las formas en que se expresa la negatividad es la ira. Podría ser vergüenza, arrepentimiento, o agresión verbal; pero con muchas personas la ira es la respuesta más habitual. 
Lo interesante es que esa reacción, la ira, calma al mono. La ira es también un guión conocido. La persona enojada fuerza la situación a que avance por un camino donde los pasos, los comportamientos, y los resultados son conocidos. La persona enojada, controlada por el mono, avanza por una zona cómoda, predecible y familiar. 
El mono es quien maneja nuestras creencias de cómo el mundo funciona, quiénes somos, cómo nos identificamos, qué deben esperar otros de nosotros, y cómo nos deben tratar. Si esos estándares no se cumplen, el mono puede ir por el camino de la guerra. O llenarnos de depresión. O al alcoholismo y las drogas. O a otros comportamientos que sabemos que son destructivos, pero que a un mono enojado le parecen correctos y razonables. 
Las prioridades del mono son completamente emocionales y sociales. Lo que no hace un humano racional, lo puede hacer un mono irritado. Por supuesto, se puede acallar al mono y poner al humano a resolver el problema. Y como el mono es tan conducido por los guiones, es predecible (aun en su carácter impredecible). No puede predecir siempre exactamente si va a saltar, pero si lo hace, será con mucha probabilidad de uno de cuatro modos posibles. 

CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO DE MONO

Mientras que lo emocional y social se mezclan, están también los factores internos y externos. Los factores internos incluyen cómo te sientes hoy, cómo te ves a ti mismo, qué roles tienes, a qué grupos perteneces, qué haces, qué comportamientos tienes. A primera vista no parece mucho, pero esos comportamientos influyen fuertemente en los pensamientos y las acciones. Y los factores externos es cómo te comportas hacia los demás, cómo te tratan los otros, quiénes están en tu círculo de amigos, etc. 
Las cosas se complican cuando el mono comienza a decir internamente cuáles son los factores externos. Y es que aunque registremos los datos externos y los procesemos, el mono puede filtrar cierta clase de información. La expresión de la cara de otra persona puede estimular al mono, que comenzará a editar y dirigir su propia película de lo que significa la expresión del otro. Y esa película, hecha por el mono,  afectará tu comportamiento. Pero no es un documental, es ficción.
El mono ahora decide que es lo que la otra persona piensa (o pensará). Y el mono tiene mucha capacidad para convencer que sabes lo que la otra persona quiere decir, lo que está pensando, y lo que hará. Realmente, no lo sabes, pero el mono se asegura que te lo creas. 
Un mono ofendido es un gran motivador de nuestro comportamiento. El mono teme lo que pensará la otra gente si hace o no hace ciertas cosas. La persona se ve reaccionando a una historia que le cuenta el mono sobre lo que va pasando en la cabeza de otra persona. Nuestro mono nos tiene tan convencidos de esto, que ni cuenta nos damos cuándo él toma el control. La película del mono es nuestra realidad. A la construcción de esa "realidad" contribuyen los pensamientos, percepciones, emociones, y sensaciones físicas. Si bien las emociones y la adrenalina son reales, son internos. 
Y peor todavía, eso mismo está pasando en la cabeza de la otra persona, con su propio mono. El 95% de los conflictos es porque una persona, dominada por su mono, viene hacia ti. 
El mono tiene un poder asombroso para borrar al humano y esclavizarlo. El mono borra al humano cuando provoca las reacciones de pánico (deja todo y corre), furia,  pasión, y obsesión. El mono esclaviza al humano cuando le ordena que aporte razones lógicas y excusas para validar lo que el mono cree. Y el cerebro humano lo hace
Son ejemplos de secuestros de corto plazo cuando te convences que no puedes escapar porque el otro te va a seguir; que no puedes disculparte porque vas a parecer débil; que no puedes dejar ese insulto sin respuesta; o también cuando crees que es seguro caminar solo por esa parte peligrosa de la ciudad; o que puedes agredir verbalmente a un motociclista de 250 libras porque no te puede hacer nada. 
Otro importante ángulo de acción del mono, que puede ser muy peligroso, son los puntos ciegos. Un punto ciego es un área que no puedes ver; que no sabes que no puedes ver. Los tienes tú  y también lo tiene la persona cegada por la rabia que no se percata del peligro en que te pone. 
Los humanos no sabemos nunca lo que no podemos ver. Es fácil convencerse a uno mismo que tiene razón, que tus acciones resolverán el problema. Este comportamiento suele generar la violencia en el otro. Y con frecuencia, la única persona que se sorprende cuando lo atacan, eres tú mismo. 
El mono está conduciendo el carro cuando te ves a ti mismo hablando mucho en primera persona, no escuchando, sintiendo que no te respetan, tomando las cosas personalmente, sintiendo el deseo de castigar al otro, siendo territorial, dándote excusas por tu mal comportamiento, minimizando o exagerando los hechos, descartando las opiniones de otros, escalando una situación, sintiendo la necesidad de estar en lo correcto, teniendo un sentimiento de que esto hay que resolverlo ahora mismo, teniendo miedo, sintiéndose atrapado, viendo las cosas en blanco y negro, creyendo que no puedes retroceder, experimentando sentimientos lastimados, insultando al otro, criticando, ...., la lista e interminable. 
Por eso es mejor comprobar si lo que estás pensando que ocurre es lo que realmente está ocurriendo. No puedes mejorar aquí si no comprendes cómo trabaja el mono. El mono es rapidísimo. Las emociones muestran que el mono está corriendo. 
Cuando es el lagarto el que está a cargo, las emociones vienen después. La acción primero, la emoción después. Es así como se reconoce que es el lagarto el que conduce las acciones. Para el lagarto no es ningún problema correr como un loco para escapar: el reptil ve la amenaza, decide el mejor curso de acción, y hace lo que sea más conveniente. 
Es el mono el que tiene un problema para correr. Te mantendrá allí en nombre del orgullo, el miedo, o el prestigio social. Y te puede llevar a que agredas al otro, y descartes toda solución pacífica a la situación.
En realidad, las emociones, la autoestima, el orgullo, el estatus social, y otros sentimientos no tienen existencia física. Pero ellos son los que hacen que el mono se vuelva violento. Son los que te ponen en el camino de la violencia, y te llevan a los tribunales, al hospital o a la cárcel. 
O, de modo menos dramático, a tener pésimas relaciones con los demás. 

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