LA LÓGICA DEL DUEÑO DEL NEGOCIO DEDICADO A MIS CLIENTES: QUE CONFÍAN EN NOSOTROS Y NOS CONTRATAN (LO SIGUIENTE VALE SI ERES: EL DUEÑO, ...

LA LÓGICA DEL DUEÑO DEL NEGOCIO

LA LÓGICA DEL DUEÑO DEL NEGOCIO
DEDICADO A MIS CLIENTES: QUE CONFÍAN EN NOSOTROS Y NOS CONTRATAN

(LO SIGUIENTE VALE SI ERES: EL DUEÑO, EL PRESIDENTE, EL CEO, EL GERENTE GENERAL, EL DIRECTOR EJECUTIVO, EN FIN, SI ERES EL DIRECTIVO PRINCIPAL DEL NEGOCIO. ES ÚTIL TAMBIÉN PARA TODO GERENTE, JEFE DE DIVISIÓN O FUNCIÓN).

El activo más importante del negocio es su gente. La fortaleza del negocio reside en la mente de su gente. El dueño mantiene la visión de toda la empresa, y para ello tiene que pensar acerca de la filosofía y principios del negocio, desarrollar y validar una visión personal del futuro de la organización y su estrategia. Esto puede tener un formato organizado y fácil de entender.
También debe lograr que su Equipo Gerencial piense así, pues la forma en que se piensa respecto a un problema tiene gran impacto en la capacidad para resolverlo. La clave está en imaginar cómo pensar correctamente respecto al problema. Los dueños exitosos dominan la habilidad para dirigir los esfuerzos de su gente hacia los asuntos correctos, ganando su compromiso total, y descomponiendo los asuntos complejos en sus elementos básicos.

LOS FUNDAMENTOS

La lógica del dueño debería comenzar con un pensamiento claro, basado en la aplicación disciplinada de los principios fundamentales del negocio: cómo desarrollar una filosofía de negocios válida y cómo aplicar dicha filosofía estratégicamente.

PENSANDO CORRECTAMENTE COMO DUEÑO

Se estudia a los dueños exitosos por lo que hacen (hacer es importante, claro), pero el secreto real del éxito está en cómo piensan: nadie tiene éxito si no se ha pensado a fondo en los fundamentos, para luego implementar los mismos de modo innovador y efectivo.
El dueño piensa sistemáticamente en los fundamentos del negocio. De eso depende su éxito.

ELEMENTO 1: FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS 

En lugar de tener a los mandos intermedios jugando bajo reglas establecidas y cumpliendo metas predeterminadas, el dueño tiene la oportunidad y la obligación de determinar la naturaleza de los sistemas operacionales fundamentales, la cultura de la compañía, los parámetros del negocio, y la estructura de la organización. Esto es lo que guía las decisiones y acciones de todos los niveles. Esto implica, que para cualquier nivel en la compañía, hay que partir de tres elementos primarios:
  1. Los principios fundamentales del negocio
  2. La filosofía de gestión personal
  3. Los valores claves
El objetivo de desarrollar una filosofía de negocios válida es tomar los elementos teóricos y prácticos de los principios fundamentales de los negocios (las realidades del mercado que rigen y gobiernan todos los negocios) y su filosofía personal de gestión (su ideología clave) y aplicarlas a una oportunidad específica de negocios para llegar a un conjunto de valores operativos claves (las guías prácticas para la compañía).
No existe una “mejor” manera de gestionar. Sólo hay principios operativos válidos que pueden servir de guía al equipo gerencial. Los negocios son siempre complejos, difíciles, impredecibles, desafiantes, y competitivos. No hay secretos ni atajos a la buena gestión. Lo que funciona en una compañía no tiene por qué funcionar en otra, ni se puede convertir en una teoría general.
Tener una filosofía válida no es tampoco una garantía de éxito, pero sí provee una base para que cada cual juegue mejor su rol en el desarrollo de la visión y la estrategia.
Un principio es generar y sostener beneficios únicos o distintivos al consumidor que sean difíciles de copiar (Propuesta Unica de Valor). Un concepto original funciona bien para el negocio hasta que lo copian. Una buena idea que no se desarrolla hasta ser una competencia clave, corre este riesgo. Sin competencias claves y altas barreras de entrada, la competencia copiará fácilmente la estrategia.
Existen realidades del mercado que dictan los parámetros tanto del entorno general de negocios como del entorno particular de su compañía. Los siete pasos que siguen pueden guiar para aplicar los principios a su caso particular.

7 PASOS PARA PENSAR COMO UN BUEN DUEÑO

Paso 1: ¿Estamos en el negocio correcto?

Un negocio correcto:
  • Tiene un borde competitivo sostenible soportando por una o más competencias claves en un mercado estable o en crecimiento.
  • Está en una industria que tiene altas barreras de entrada para los competidores y de salida para los clientes.
  • No depende mucho de unos pocos clientes ni tiene sus compras críticas limitadas a unos pocos proveedores.
  • Ha construido defensas contra las fuerzas competitivas o se ha posicionado en un nicho donde es fuerte y donde sus competidores son vulnerables.
Con esto se puede satisfacer a los clientes a un precio que crea un ROI aceptable. En un negocio malo, fallan hasta las buenas compañías con buen personal. Comenzar por ver los negocios actuales, los recursos disponibles, y los mercados donde se opera. ¿En qué es bueno el equipo gerencial? Analizar las fortalezas y debilidades en las habilidades claves para competir, los recursos disponibles, el rendimiento previo, y las condiciones proyectadas del mercado.
¿Dónde está tu ventaja competitiva sostenible? Sin ella no hay beneficios sostenibles.
La ventaja puede provenir de ofrecer los productos a precios menores, o diferenciar los mismos de forma atractiva. Puede ser por características únicas de su diseño o por la forma especial que se presta el servicio. Pero, sobre todo, esa ventaja debe crecer hasta ser la competencia clave: en lo que somos buenos. La competencia clave puede residir en una capacidad especial, un modelo de negocios diferente, o un acceso único a los recursos.
La tarea del dueño es utilizar una o más de esas competencias claves como ventaja de mercado. Aumentar la inversión en dicha capacidad, cuidarla, apoyarla, y mantener la organización enfocada a ella. Estar seguro en lo posible de que la competencia no podrá fácilmente duplicar esa ventaja.
La ventaja competitiva puede crearse cambiando el modelo de negocio. También puede ser vía especialización.
Hay que tener en cuenta: las barreras de entrada y salida, los cambios en las regulaciones, la saturación del mercado, la obsolescencia de los productos, las amenazas de productos sustitutivos, y la acción de la competencia.
Como dueño:
¿Ha elegido el negocio correcto?
  • ¿Cuáles son las oportunidades y vulnerabilidades de un negocio en su industria?
  • ¿Cuáles son sus planes para tratar con dichas oportunidades y vulnerabilidades?
  • ¿Qué barreras existen para protegerse de competidores agresivos?
¿Qué está afectando sus competencias claves y borde competitivo?
  • ¿Qué hacemos bien que implica en beneficios únicos o distintivos por los que los clientes están dispuestos a pagar?
  • ¿Cuál es su borde competitivo? ¿Qué está haciendo para fortalecerlo?
  • ¿Qué amenazas son probables a partir de los clientes existentes, competidores, empleados, o proveedores?
  • ¿Qué riesgo hay que entren nuevos competidores al mercado?
  • ¿Qué amenaza potencial existe de productos sustitutivos?
  • ¿Cómo podría ser afectada la compañía por regulaciones gubernamentales?
  • ¿Cómo afectarían los cambios en mercado de capitales en sus costos financieros?
  • ¿Cuáles condiciones significativas del negocio o del mercado podrían cambiar en un futuro?

Paso 2: Los elementos que conducen a los resultados

En toda industria hay unos pocos factores críticos de éxito que separan a los ganadores de los perdedores. Hay disciplinas o actividades que impactan directamente en el volumen, márgenes, flujos de caja, y ROI. Hay elementos que determinan la satisfacción del comprador y del empleado. Una distribución, por ejemplo, puede descubrir que su éxito está en controlar su capacidad de inventario, sus márgenes, y la productividad/efectividad de su sistema de ventas. Los bajos costos, la alta calidad, las entregas a tiempo, la lectura apropiada del mercado, la disponibilidad de inventario, y la obtención de recursos con efectividad en los costos pueden ser esos factores críticos. La clave está en identificar los factores críticos de éxito y convertirlos en competencias claves.
Los esfuerzos deben ser coherentes: si la estrategia está bien, no olvidar cuál es el foco primario (competencia clave) para fortalecerlo. Es como un carro de carreras: no hacemos nada con fortalecer las llantas, mejorar las competencias de lo conductores y otros elementos si no nos enfocamos en que el motor sea más potente.
¿Cuáles son los Factores Críticos de Éxito?
  • ¿Qué diferencia a los ganadores de los perdedores en su industria?
  • ¿Qué factores en su negocio afectan más el volumen, los márgenes, ROI, flujos de caja, y satisfacción del consumidor?
  • ¿Qué división/departamento es el que nunca debería perder un cliente?
  • ¿Quién o qué en la compañía directamente produce más dinero?

Paso 3: La gente adecuada en el puesto adecuado

El primer paso para esto es pensar en sus directivos. Comenzar determinando si son buenas personas, antes de determinar si son buenos directivos. Enfatizar el valor de la integridad y el carácter: cómo han enfrentado dificultades o situaciones delicadas en el pasado, cómo se sienten entre la gente, cuáles son sus amigos y sus pasatiempos, cómo es su vida familiar. Estos elementos son importantes.
Buscar historias de éxito en su pasado, evaluar su nivel de entusiasmo, no comprar al candidato (el dinero es parte de la ecuación, pero no es el factor primario: es que su talento y habilidad acoplen a lo que se necesita).
¿Tenemos a la gente adecuada en los puestos adecuados?
  • ¿Tienen los directivos actuales las fortalezas adecuadas para realizar su trabajo?
  • ¿Están todos los directivos generando resultados de manera consistente?
  • ¿Requiere algún directivo ser sustituido o actualizado? ¿Cuál es el plan de reemplazo o de entrenamiento?

Paso 4: Enfocar a los temas adecuados

Los temas adecuados son esas pocas cosas (“pocos vitales”) que cuándo se atienden bien tienen un impacto mayor en el rendimiento de la compañía. El dueño y su Equipo Gerencial, en el sentido más amplio y estratégico a nivel de compañía, son los que deben determinar esos temas y saber cómo pensar y permanecer enfocados en ellos.
La diferencia entre trabajar sobre los temas adecuados y trabajar sobre hacer las cosas bien es la diferencia entre efectividad y eficacia. La efectividad es lograr que la tarea adecuada se complete exitosamente. La eficiencia es lograr que la tarea se complete usando un mínimo de recursos. Analogía: la efectividad es remar en bote en la dirección correcta, y la eficiencia es remar al máximo de velocidad haciendo el menor esfuerzo. Cuando remas en la dirección correcta progresas más. No hay desperdicio mayor que hacer con gran eficiencia lo que no se debería estar haciendo.
Muchos negocios fracasan porque se enfoca a los temas incorrectos. Si la empresa necesita alianzas con proveedores, reducir los costos de inventario y satisfacer a los clientes, pero en lugar de eso está dedicando sus recursos a mercadeo y ventas, no importa cuán bien bien mercadee y venda pues eventualmente los problemas reales van a emerger. Elegir los temas adecuados comienza porque el dueño y el Equipo Gerencial sean capaces de percibir el problema correctamente.
Los criterios para identificar los temas giran alrededor de la cantidad, la calidad, los costos, la inversión, y los intangibles (como clima laboral y reputación). Si el foco debe estar en corregir las deficiencias del producto, es un error enfocarse a mejorar la distribución. Es como si un restaurante quisiera combatir un problema de mal sabor de la comida con mejor publicidad: llegarán más clientes y habrá más personas que prueben comida con mal sabor.
¿Se está prestando atención a los aspectos críticos y las prioridades adecuadas?
  • ¿Se han identificado los aspectos claves que tienen el mayor potencial de generar utilidades?
  • ¿Qué eventos significativos no anticipados o sorpresas hemos experimentado? ¿Qué se puede hacer para evitar ocurrencias similares en el pasado?

Paso 5: Medir el rendimiento, el progreso, y a uno mismo

El dueño, para saber cómo se está enfocando en los temas correctos, necesita métodos de medición oportunos, precisos, relevantes, y comprensibles. Si buenas mediciones es difícil pensar de forma clara y proactiva sobre los temas.
Lo que se mide es lo que se gestiona. Es importante cómo se mide. Medir el propósito verdadero de cada recurso clave (a veces no basta el rendimiento, hay que medir la actitud, el aprendizaje).
¿Cómo se mide el rendimiento? Se necesita un sistema de retroalimentación que de forma regular, consistente y clara comunique a todos lo que se espera de ellos y cómo lo están logrando. También hay que medir el rendimiento de los procesos y comunicarlo a todos los que tienen que ver con el mismo. A menos que esta retroalimentación sea regular y confiable, no será efectiva.
Con los sistemas informáticos es fácil desarrollar sistemas de medición complicados y complejos que tienden a capturar cada detalle de cada actividad. Se tiende a confundir datos con información útil. Medir demasiado es tan dañino como medir poco. Enfocar a las mediciones estrechando su enfoque y limitando las mismas a los temas de rendimiento importantes. Además de medir volumen, márgenes, satisfacción de clientes, y relaciones con los empleados, se pueden necesitar otras mediciones específicas a la compañía.
Una empresa de distribución, por ejemplo, puede preocuparse por las ventas perdidas y el cumplimiento de los tiempos de entrega, por las devoluciones y el nivel de servicio de los proveedores. Tener en mente que el propósito verdadero de la retroalimentación es generar una respuesta informada de aquellos que son responsables de hacer el trabajo. Medir cosas que no tienen impacto es perder el tiempo.
¿Tiene montadas las medidas de rendimiento adecuadas?
  • ¿Se mide el rendimiento de forma precisa y oportuna?
  • ¿Saben los responsables cómo lo están haciendo y pueden percibir incluso pequeñas mejoras o retrocesos en su rendimiento? ¿Están midiendo su propio rendimiento?
  • ¿Están las mediciones enfocadas a los aspectos críticos?
  • ¿Está en una posición donde puede satisfacer a los empleados y a los clientes, y aun así generar utilidades?

Paso 6: Delegando la estrategia y su ejecución

Delegar no es solo una habilidad importante, es también un indicador clave de si usted está pensando o no como un dueño. Si se tiene a la gente adecuada, con el foco adecuado, y con las mediciones adecuadas, los directivos deben ser capaces de ejecutar las estrategias y los planes de acción por sí mismos.
El dueño tiene, por supuesto, un rol en esto: sus ideas se necesitan par asegurar que sus gerentes se enfoquen en la dirección adecuada. Si bien quiere permanecer accesible y visible a la fuerza de trabajo, no se puede obsesionar con las decisiones de las áreas. Como dueño usted tiene otras responsabilidades. Si no puede resistir la tentación de involucrarse en el día a día de una división o un departamento particular, es mejor que busque a otro para que dirija su compañía. Dirigir un área clave en una organización grande no es un trabajo de tiempo parcial, sea cual sea su experiencia.
La única excepción para esta regla son los negocios pequeños, que piensan seguir siendo pequeños. Aquí que requiere que todos, incluyendo el dueño, usen varios sombreros. Pero eso no funcionará cuando la compañía comience a crecer. Entonces el dueño tiene el rol de proveer la perspectiva global, y eso requiere un esfuerzo de tiempo completo.
Aprender a delegar en una compañía que está creciendo puede ser un problema, sobre todo si el fundador ha jugado un rol clave en la organización. El dueño de una empresa se queja de que las cosas “iban mejor cuándo él las atendía directamente”, y no puede entender por qué las personas que tiene a cargo ahora no pueden hacer las cosas cómo él las hacía. El problema es que ni delegó la responsabilidad en los demás ni creó los sistemas que empoderan a las personas a gestionar esto. A eso se puede sumar que, en algunos puestos, no tiene al personal adecuado. Hay que contratar gente nueva, entrenarlos en lo que él sabe, y delegar la responsabilidad. Hay que establecer mediciones de rendimiento y sistemas de retroalimentación, definir la autoridad y los parámetros de operación, a la vez que se mantiene a esas personas responsables por hacer el trabajo. El proceso de crecimiento puede ser largo, duro y costoso, sobre todo si el fundador no está dispuesto a hacer lo que ahora tiene que hacer.
¿Están delegadas la estrategia y su ejecución a los gerentes claves?
  • ¿Tienen delegada la autoridad adecuada sus gerentes operacionales?
  • ¿Disponen los recursos adecuados?
  • ¿Comprenden realmente las tareas a lograr, los estándares de calidad a aplicar, y las fechas de entrega asociadas a ellos?

Paso 7: Midiendo su progreso al enfocar a resultados

El dueño y su Equipo Gerencial se mantienen enfocados en los resultados al monitorear con los gerentes claves de modo regular el rendimiento actual contra el planeado en los elementos críticos. Eso no significa ignorar los detalles que le llaman la atención. El diablo se esconde en los detalles. Pero no se debe dejar que las cosas pequeñas “se cuelen” y promuevan la atención a los detalles a costa de no observar lo que es relevante. Mantener la mayor parte del tiempo y los recursos enfocados a las cosas importantes que te hacen competitivo: satisfacción de clientes, relaciones con empleados, oportunidades de crecimiento, flujos de caja, y márgenes.
Una empresa tenía ese mismo problema. Su problema principal estaba en la necesidad de conseguir nuevos clientes. Pero su dueño invertía mucho tiempo en reducir los costos y cumplir con la burocracia. Sabía que para tener éxito tenía que buscar nuevos clientes, y que ninguna cantidad de reducción de costos o acciones para cumplir las formalidades le iba a generar esto. La situación se resolvió cuando el dueño delegó los detalles a los supervisores de base y se enfocó él mismo y a su fuerza de ventas en conseguir nuevos clientes.
En muchas empresas ocurre que el dueño  y el GG fallan en mantenerse enfocados a los aspectos que son centrales a su negocio. Una empresa de distribución, que era muy exitosa porque había logrado construir sólidas alianzas con los proveedores, estaba haciendo un buen trabajo en logística, ventas, y gestión del inventario. Pero no lo había hecho bien en estudiar el mercado y obtener retroalimentación del mismo. El éxito obtenido años atrás hizo a su equipo tan complaciente que dejaron de estar en contacto con el usuario final de los productos y fallaron en obtener información sobre las recomendaciones para mejorar los productos. Esta falta de atención les llevó a perder participación en el mercado.
Si se hacen reuniones formales, con horarios definidos y agendas organizadas, se puede mantener a todo el mundo enfocado en cómo sus esfuerzos están generando los resultados deseados. Cuando un gerente tiene que preparar una presentación formal, está obligado a buscar en los detalles para ganar perspectiva de como evaluar el progreso general. Cuando esas sesiones no se programan formalmente, el monitoreo del rendimiento y los ajustes a la estrategia en función de los resultados se atrasan o se ignoran. Este énfasis en enfocar a los resultados parece demasiado básico para ser mencionado. Pero muchas compañías se han ido desplazando sin darse cuenta de la práctica sana de analizar y debatir sus resultados de manera regular. No hay por qué estar aprendiendo de nuevo lo que ya sabemos.
¿Está midiendo su progreso en función de los resultados?
  • ¿Está ayudando a los gerentes a mantenerse sobre la ruta revisando regularmente sus planes y progresos?
  • ¿Cuáles departamentos o divisiones están dentro del marco del plan o cuáles fuera?
  • ¿Las operaciones actuales están en línea con su visión general de la compañía?
  • ¿Tienen los planes la potencia para lograr que el trabajo se haga? Si somos efectivos al ejecutar esos planes, ¿se obtendrán los resultados que esperamos?

Principios Fundamentales del Negocio: Los primeros pasos

LISTA INICIAL:
  • Sin una competencia clave (difícil de copiar) no hay ventaja competitiva sostenible.
  • Sin ventaja competitiva sostenible, no hay utilidades sostenibles.
  • Las organizaciones y las personas con poder de negociación lo usarán para su propia ventaja.
  • Si las barreras de entrada/salida son bajas y los beneficios son altos, se está invitando a la competencia a entrar.
  • Siempre hay amenazas potenciales de sustitución de productos y de nuevos competidores en el mercado.
  • El retorno debe exceder los costos de capital.
  • El rendimiento económico positivo, más y más clientes satisfechos, y la liquidez son las señales de una estrategia exitosa.
  • Prioridades: clientes, empleados, crecimiento, y rentabilidad.
  • No hay tal cosa como una explosión de mercado sin fin.
  • Los recursos se deben enfocar para que sean efectivos.
  • Se gestiona lo que se mide.
  • La gente será como han sido.
  • El negocio debe ser estructurado para tener éxito con personas comunes.
  • Trabajar sobre las cosas correctas, antes de trabajar en hacer las cosas adecuadamente.
  • La mejora continua es una necesidad
  • Hay consecuencias positivas del buen rendimiento, y consecuencias negativas del malo.
  • La gente buena es más importante que los sistemas buenos.
  • La clave para comprometer al trabajador es involucrarlo.
  • La gente se siente mejor consigo mismo cuando rinden mejor.
  • Pensar acerca del propósito verdadero de los recursos es crítico para gestionar dichos recursos.
  • Toda la gestión es personal.

ELEMENTO 2: DOCUMENTAR SU FILOSOFÍA DE GESTIÓN PERSONAL

Para el éxito es necesario dominar los principios de un negocio sólido, pero no es suficiente. Hay que acompañar esto de una filosofía de gestión personal bien pensada. El proceso intencional de analizar sus supuestos personales, visión, y creencias acerca del negocio hará de usted el tipo de líder cuyas operaciones se basan en principios conscientes en lugar de creencias vagamente definidas y hábitos viejos. Como dueño, usted debe ser quien determina la moral, los estándares éticos y códigos de conducta sobre la base de sus creencias personales. Sólo usted decide el propósito de la organización. Al analizar sus propias motivaciones y pasiones, no sólo se conocerá mejor, sino que estará en una posición más efectiva para determinar el rol más efectivo que puede jugar en la compañía. Usted decidirá si su objetivo primario para el negocio es generar utilidades, flujos de caja, proveer empleo, o dar un servicio a la comunidad. Y su filosofía personal de gestión debe guiar sus acciones y sus valores.
Algunos dueños son buenos motivadores, otros buenos vendedores o estrategas, y otros son buenos gerentes. Independiente de dónde se sienta más cómodo o sea más eficiente, todos los dueños necesitan un sentido de urgencia hacia la excelencia y estar alerta contra la complacencia. Debe pensar cuáles son las cosas claves para proveer guía firme y comunicar/vender su visión de una forma que venza la resistencia natural al cambio. Dentro del dominio de la alta gerencia cae definir objetivos claros, modelos operativos consistentes con la estrategia, y fechas de cumplimiento firmes. Un dueño efectivo encuentra líderes dentro de su organización para iniciar los cambios y nombra gerentes para anclar esos cambios en las prácticas cotidianas. Si dirige el paquete o lo facilita desde dentro, debe siempre tener un apego firme a su propio estilo gerencial más efectivo.
El proceso implica también pensar en el rol que sus principales gerentes y otros actores claves deben jugar dentro de la organización. Un análisis efectivo revela sus puntos de vista sobre lo que cree que está funcionando y lo que no, sus creencias sobre la mejor forma de interactuar con los demás, el tipo de gente que le impresiona favorablemente y el que no. Debe mostrar la forma en que le gusta trabajar con los clientes, empleados, accionistas, proveedores, competidores, y pares. Y dar una perspectiva de su ética de trabajo, carácter, expectativas, recompensas, reconocimientos, y juego limpio. En resumen, un análisis a conciencia le ayudará a definir el tipo de gente con el que quiere trabajar y la forma en la que le gusta hacer negocios.
El análisis y desarrollo de su filosofía personal de gestión será más poderoso si lo escribe, de modo que otros puedan verlo. Esto hará la filosofía más concreta y facilitará la selección de personal y estrategias que funcionarán para usted. Además, le ayudará a comunicar y vincular visión, estrategia e implementación. Las compañías exitosas reflejan la ideología y las creencias claves de sus líderes. Al tomarse el tiempo para articular su filosofía personal de negocios ganará mucha paz mental y mejorará el rendimiento de toda la organización.

Una filosofía personal de negocios

Estos son los 10 elementos más importantes de mi filosofía personal de negocios:
  1. La fortaleza del negocio reside en la mente de su gente. Gestione acorde a ello.
  2. Pensar con claridad es la base para la gestión efectiva. Llene a sus compañía con gente que piense bien.
  3. La integridad es un requisito. Operar con veracidad, honestidad y candor.
  4. Involucrarse, percibir, pensar, y adaptar (no necesariamente en ese orden). Enfrente con agresividad los desafíos.
  5. Los clientes y los empleados deben estar satisfechos. Sub-prometa y sobre-cumpla.
  6. Los sistemas son necesarios, pero la gente adecuada son más importantes que los sistemas apropiados (la gente buena crea los sistemas que hacen falta). No tolerar la mediocridad y nunca perder a un buen ejecutor por dinero.
  7. La buena gestión incluye la mejora continua de las cosas adecuadas. Establecer prioridades claras y atacar el estatus quo.
  8. El precio siempre es un tema. Conozca sus costos.
  9. El buen rendimiento es la única base para las políticas de la compañía. Contratar, promover, y dar aumentos solo a los que rinden bien.
  10. La burocracia es un enemigo. Centralizar el papel, pero descentralizar el poder y la gente.
A continuación algunos insumos para elaborar su propia filosofía

SEPA EN QUÉ ES “IGNORANTE”
Es decir, sepa que es lo que no sabe (ignorancia cognitiva). Un problema es cuando usted no sabe lo que no sabe (ignorancia no cognitiva). Lo que causa problemas no es lo que no sabemos, es lo que sabemos y está equivocado. No hay peor error de gestión que no dedicar tiempo a analizar sus propias capacidades y experiencias para determinar dónde su conocimiento es débil y dónde le faltan habilidades.
A veces el éxito genera arrogancia y falso orgullo, lo que conduce a malas decisiones y pérdida de dinero. Es fácil salir de un proyecto exitoso y lanzarse sin miedo al siguiente proyecto. No es malo tener un poco de miedo, especialmente si se enfrenta a algo en lo que no es bueno. Sepa en qué es bueno y hágalo. Sepa cuándo buscar ayuda o coaching para ayudarlo en dónde es “ignorante.”

CONOCE QUIÉN ERES, Y QUIÉN NO, COMO PERSONA Y COMO COMPAÑIA
Exprese esto en forma de valores y políticas. Haga que su filosofía la conozca toda su gente. Esclarecer estas creencias ha sido clave en este caso de éxito.

ELEMENTO 3: ESTABLECIENDO LOS VALORES OPERATIVOS CLAVES

El paso final para desarrollar una filosofía de negocios válida es aplicar sus principios fundamentales de negocio y su filosofía personal de gestión a una oportunidad específica de negocio. El propósito de este paso es convertir lo teórico en práctico. El resultado será desarrollar unos lineamientos operativos útiles – los valores operativos claves- basados en oportunidades y amenazas reales para un negocio real. Para ser efectivos, estos valores operativos claves
Todo negocio opera bajo ciertos valores, sean explícitos o implícitos. La mayoría de los dueños de PYMES nunca han analizado, discutido, ni documentado a totalidad esos valores. Aparentemente, no han aprendido la lección o no ven la necesidad de usar valores operativos bien definidos para definir la forma en que la empresa planea hacer negocios. Cuando son bien pensados, los valores comunican una filosofía, definen la cultura, y crean lineamientos para todos en la organización. Son las formas deseables de comportarse y competir en ese negocio e industria específicos.
Los valores operativos reflejan la visión y estrategia del dueño. Los valores se convierten en la base para los procedimientos operativos individuales. Estos procedimientos se deben especificar para los recursos disponibles, la competencia, el entorno económico, su estilo personal, y su visión del entorno competitivo. La tarea de todo directivo es cómo hacer exitoso su negocio específico y cómo mantener el borde competitivo en su mercado concreto. Todo ello debe estar en el corazón de sus valores operativos.
Los valores se documentan y comparten con todos. Son específicos de esa compañía y tal vez no sean útiles para otra. Son, para ellos, la mejor forma de conducir su negocio. Los valores son variables e individuales, pero dada su importancia crítica se deben definir y declarar.

UNA FILOSOFÍA VÁLIDA DE NEGOCIO = RECETA PARA EL ÉXITO

Las filosofías de negocio y de gestión existen en todas las organizaciones. Algunas son explícitas y otras, no. Se toman a diario decisiones sobre la asignación de los recursos, la tarea de los empleados, que reflejan las verdaderas creencias de la compañía. La pregunta, sin embargo, no es si las decisiones o los recursos están siendo asignados en base a en enfoque particular; sino si el patrón de decisiones y asignaciones está basado en un enfoque válido, o sea, razonado y racional, con el objetivo de satisfacer a los clientes y al logro de los objetivos.
Una sólida filosofía de negocio inspira a la gente buena a buscar y alcanzar agresivamente causas válidas, e incluso, nobles. Al coordinar actividades esenciales es crítico desarrollar un marco de gobierno corporativo que sea capaz de ajustarse a los cambios de mercado.
Muchos dueños y gerentes, especialmente en las PYMES, consideran todo esto muy académico. Van al trabajo a diario, trabajan duro, y dejan que su día vaya según las llamadas y reuniones que van cayendo o están planificadas. Sienten que tienen una visión general del negocio, y creen que pueden tomar buenas decisiones sobre la marcha. Son ante todo, reactivos y en su filosofía la acción es más importante que el análisis. El problema es que esta acción sin la visión es tan dañina como la visión sin acción. Una filosofía válida de negocios puede proveer la confianza que se necesita para seguir su pasión, y esto es lo que produce el éxito.
Es la pasión del dueño por una idea en particular lo que provee la energía para convertir la filosofía en acción. Pueden haber presiones que comprometan esto en pos de resultados de corto plazo. Pueden haber no creyentes que cuestionen la visión. Pueden haber demandas de cambio desde distintos grupos dentro de la compañía. Un buen dueño, con una creencia apasionada en su filosofía personal y de negocios es un factor estabilizador para la compañía y la mantiene enfocada.
Las fuerzas competitivas están permanentemente desafiadas por el entorno de negocios, la tecnología, la logística, las actitudes de los compradores, la acción de la competencia, y las expectativas de los empleados. Las organizaciones están gobernadas por fuerzas de mercado incontrolables, muchas de las cuáles generan inevitablemente patrones predecibles de resultados. Los valores, en combinación con los otros dos elementos primarios de su filosofía de negocios son los principios que guían el establecimiento de políticas, acciones, y su modelo operativo específico. Ayudan a validar la visión.

Una compañía debe estar siempre cambiando y buscando cómo diferenciarse de sus rivales. La única prueba de la validez de la filosofía de negocio es la compañía siempre floreciente, con más y más clienets satisfechos, y un rendimiento económico sostenible. Si no está satisfecho con los resultados que se obtienen, tal vez es hora de revisar la filosofía de negocio. 
Todo esto debería ocurrir como fundamento para elaborar la estrategia de la empresa.