CONDUCTAS DE LOS LÍDERES PARA MEJORAR LA RETENCIÓN DE SUS EMPLEADOS  Con el aumento de las cargas de trabajo, las demandas exigentes de...

CONDUCTAS DE LOS LÍDERES PARA MEJORAR LA RETENCIÓN DE SUS EMPLEADOS

CONDUCTAS DE LOS LÍDERES PARA MEJORAR LA RETENCIÓN DE SUS EMPLEADOS 

Con el aumento de las cargas de trabajo, las demandas exigentes de calidad y rendimientos, muchos empleados comienzan a sentir cansancio. Los trabajadores hoy no firman sus contratos solamente por dinero: buscan un empleo que cuide de ellos profesional y personalmente. La forma en que los tratan son un factor primario en su nivel de satisfacción y su lealtad. Para muchos, el equilibrio entre vida y trabajo es una prioridad mayor.

Las investigaciones demuestran que la desconexión entre empleadores y empleados respecto al trato es grande. Sólo el 13% de los empleados considera que los empleadores se preocupan por retenerlos en sus puestos de trabajo.

Considere lo que cuesta reclutar y entrenar nuevos empleados. Las empresas han aprendido que no basta con ofrecer más dinero o beneficios para asegurar la retención de los mejores empleados. Hay que dar a los empleados ciertas dosis de medicina, al estilo de las enfermeras en un hospital.

Todos los negocios se pueden beneficiar de estas sugerencias, basadas en la misma compasión competente que las buenas enfermeras muestran a sus pacientes.

Al usar estas sugerencias se crea un “plan de atención” al empleado que los estimula y fortalece, que trasciende su trabajo y promueve una cultura de excelencia en el lugar:


  1. Sonreír al empleado. Visitarlos con frecuencia en su puesto de trabajo. Ir cuando hacen algo bien, no solo cuando se equivocan. Verlos en persona, no llamar ni enviar un correo. Sin importar cuán apurado esté, no se muestre distraído ni desinteresado. Haga que sus empleados estén cómodos a su lado, y permita que expresen su sentimientos, ideas y necesidades.
  2. Pregunte cómo puede ayudarles. No asuma que sabe qué necesitan. Haga encuestas anónimas. Pregunte por lo que necesitan en las reuniones o en las evaluaciones. Se puede sorprender con lo que aprenderá solamente por hacer la pregunta correcta.
  3. “Evalúe” de manera regular, dando retroalimentación frecuente y comparando con lo que se espera de la persona. Que el empleado vea que usted está observando, evaluando con ellos la situación, y haciendo planes para mejorarla. Dar a los empleados acceso al soporte que ellos necesitan (técnico o personal) para rendir mejor.
  4. Responder con prontitud a sus necesidades. Pedir ayuda si es preciso. Escucharles.
  5. Explicar todos los procedimientos y cambios que les pueden afectar. Estar seguro que el personal sabe por qué se están haciendo los cambios y que comprenden su importancia, así como los beneficios que se esperan de los mismos. Reforzar cómo su cooperación y actitud positiva puede ayudar a los cambios.
  6. Comunicar con frecuencia y de forma clara. Mantener al día a los empleados respecto a lo que está ocurriendo, de modo que se sientan más involucrados y menos temerosos de los cambios Si tienen preocupaciones, escucharles sin interrupción. Felicitarles sinceramente por lo que estén haciendo bien.
  7. Aliviar su “dolor.” En los tiempos difíciles es imposible eliminar todo el malestar, pero se debe hacer lo posible por aliviarlo. Si el dolor se asocia al trabajo, pedir sugerencias para aliviarlo. Si es algo personal, tal como el fallecimiento de un familiar, ser considerado y mostrar gestos que la persona apreciará y necesita.
  8. Promover la independencia y la auto-eficacia de los empleados. Ayudarles a ser más fuertes. Estimular su educación continua. Compensarles y hacerles espacios en sus calendarios para que puedan ganar nuevas habilidades y ser mejores colaboradores. Darles control.
  9. Cambiar posiciones. Estar en el mismo puesto mucho tiempo puede ser incómodo, poco desafiante, y rígido. Sugerir una transferencia a otra área, aunque sea por un tiempo. Ofrecer turnos flexibles, compartir el trabajo, estimular que asuman nuevas responsabilidades.
  10. Proveer cuidados a sus mentes, cuerpos y espíritus. Recordarles que tomen vacaciones, descansos, y que pidan ayuda si están tensos. Proveer buenos libros, hacer un ambiente agradable, hablarles periódicamente. Llevar el mensaje todo el tiempo de forma positiva y amena. Almorzar juntos y divertirse con frecuencia.