HABLANDO DE POLÍTICA EN EL TRABAJO.  MEJOR NO HACERLO, PERO SI NO TIENES MÁS REMEDIO... Sabemos que las preferencias políticas, religio...

HABLANDO DE POLÍTICA EN EL TRABAJO

HABLANDO DE POLÍTICA EN EL TRABAJO. 

MEJOR NO HACERLO, PERO SI NO TIENES MÁS REMEDIO...

Sabemos que las preferencias políticas, religiosas, y otras son temas propicios a discusiones candentes. En algunas familias, la sabia abuela impide que estos temas sean pláticas en la casa para evitar disgustos y toma de posiciones irracionales. 

CUANDO TE VES FORZADO A HABLAR DE POLÍTICA
En el trabajo se suelen dar situaciones como esta: Su jefe en una reunión hace un comentario bien ácido a favor (o en contra) de algún tema político candente. Usted, como empleado, está totalmente en contra de lo que está diciendo su jefe. 
Tiene muchos deseos de discrepar; pero aprecia su trabajo, sus colegas y hasta su jefe, por lo que quiere permanecer en silencio, aun a riesgo que esto se pueda interpretar que está de acuerdo con lo que se dice (lo que tampoco le gusta). 
Decide permanecer en silencio, y eso puede ser lo más efectivo. Sin embargo, llega un momento en que su jefe, o compañero de trabajo, quiere confirmar que usted, efectivamente, "se ha convertido." Entonces inicia una conversación para que usted exprese en voz alta su punto de vista.
Necesita habilidades para lidiar con una conversación tan desagradable. Si esto no se maneja bien, se corre el riesgo de afectar la relación con colegas que no opinan igual que usted. 
Sin embargo, hay un modo de hacer esto con mucha efectividad. Para los detalles, ver el anexo más abajo. 
Al parecer, los experimentos demuestran que, si no te queda más remedio que "hablar" de tus posiciones políticas, aplicar las cuatro sencillas habilidades siguientes puede hacer que la conversación sea constructiva, incluso agradable. 
Cuando se vea forzado a expresar qué cree, no dude en usar este enfoque. 

CUATRO SIMPLES HABILIDADES PARA COMPARTIR TUS POSICIONES POLÍTICA


1. Foco en aprender
Enfocar la conversación en entender la posición del otro, no en tratar de cambiar su punto de vista. Basta con mostrar curiosidad con qué cree el otro para poder iniciar un diálogo no agresivo. Si el objetivo, por el contrario, es cambiar la creencia del otro, se tiende a usar manipulación, ataques, y coerción. 
"Ya sabes mi posición respecto a éste asunto, pero tengo curiosidad por conocer por qué piensas tan diferente. ¿Estarías dispuesto a conversar sobre el asunto?"

2. Pedir permiso
Luego de establecer el foco en el aprendizaje, se debe pedir permiso para tratar un tema sensible. Puede ser: "No tengo interés en entrar en un debate, ni en cambiar tu posición. Quiero entender por qué nuestros puntos de vista son tan diferentes. ¿Estaría bien si te explico mi perspectiva del asunto?

3. Mostrar respeto
Es clave respetar el punto de vista del otro: "Te aprecio como persona y valoro tu perspectiva. Quiero conocer más. No estoy suponiendo que estoy en lo cierto, ni que estás equivocado."

4. Reforzar lo que es común
Buscar áreas de acuerdo, más que de desacuerdo. Si la conversación se tiende a polarizar, buscar el principio mayor que cubre ambas posiciones, de modo que haya un propósito común aunque dos formas diferentes de lograrlo: "Nuestros puntos de vista son bien diferentes, pero ambos son formas de lograr el mismo objetivo general de. ......"

Puedes usar estas habilidades para navegar con éxito en las conversaciones de política que ocurran en el trabajo (y de hecho, en cualquier parte). Los experimentos continúan para ver la utilidad de estos enfoques en las discusiones de otros temas que no son políticos. 

ANEXO: LOS EXPERIMENTOS REALIZADOS 

Recientemente, en los Estados Unidos se ha pedido a una amplia muestra de posibles votantes que describan las características de las personas "del otro bando." Los calificativos más comunes fueron: enojados, ignorantes, mal informados, racistas, blancos, estrechos, y ciegos. 
Entonces, se procedió a invitar a posibles votantes a un experimento en línea: se pidió a una muestra de casi 4 mil personas que vieran un video de 60 segundos de un "oponente" hablando de alguna medida política de alta sensibilidad (como es en Estados Unidos el tratamiento a los inmigrantes ilegales). 

 El actor del video tenía dos versiones para plantear sus puntos de vista: una totalmente agresiva (por ejemplo, a los que estaban a favor de deportar de inmediato a los inmigrantes ilegales se les hablaba de que eso era inmoral, dañino a la economía, algo realmente inhumano, etc), y otra versión utilizando las cuatro sencillas habilidades que se explicaron más arriba. 
Cuando se le preguntó a los participantes su opinión respecto a la persona que habían visto en el video (en términos de diplomático, conocedor, persuasivo, y agradable), los resultados fueron sorprendentes: 
Cuando el actor utilizó las 4 habilidades que explicamos más arriba fueron evaluados (con respecto al que usó la versión agresiva) como: 
- 5 veces más diplomáticos
- 4 veces más agradables 
- 3 veces más conocedores
- 140% más persuasivos
- 140% con mejor disposición a entrar en un diálogo con él. 
- 180% más probable de poder tener una relación con esa persona.
Para los que no usaron esas habilidades, los observadores tuvieron calificativos como ignorantes, abrasivos, e indeseables. 
Conmocionados por estos resultados, los experimentadores dieron un paso más: tomaron una amplia muestra de posibles votantes y repitieron el experimento, esta vez escuchando al alguien referirse a una posición política con la que estaban totalmente de acuerdo. Los resultados fueron prácticamente iguales. 
O sea, aun cuando se trata de temas en los que estás de acuerdo, la forma en que se expresan las opiniones tiende a afectar las relaciones. 
En conclusión, parece que es mucho más importante cómo se dicen las cosas que si estás o no de acuerdo con lo que la otra persona dice.


(Para más detalles consultar Harvard Business Review; septiembre 14, 2016)









0 coment�rios:

¡Cuéntanos que te pareció!