EL MODELO DE NEGOCIO EN UN LIENZO
Si una empresa "opera," en la práctica funciona alguna suerte de modelo de negocios. Pero tal vez no es el mejor, ni está completo, o no es compartido en la mente y el accionar de los colaboradores.
Un buen paso de avance, lo mismo para un emprendimiento nuevo que para un negocio establecido es escribir el Modelo de Negocio en un formato práctico, que facilita la comunicación, y que se puede usar como guía para desplegar modelos más específicos para divisiones, sucursales, etc.
CAPTURAR LA IDEA DEL NEGOCIO
La visión del negocio hay que capturarla.
Normalmente se han usado para eso los “planes de negocio”, que si
bien es un buen ejercicio para un emprendedor, no basta. Es un
documento muy rígido, estático, lleno de cifras, que lleva tiempo
escribir: no es más que un desperdicio.
Es mejor presentar el modelo de negocio en un
lienzo:
PROBLEMA
Los 3 problemas
principales
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SOLUCIÓN
Las 3
características
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PROPUESTA ÚNICA DE VALOR
Mensaje claro y
breve de diferenciación
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VENTAJA INJUSTA
Que no puede ser
copiada o comprada fácilmente
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CONSUMIDOR
Segmentos de
consumidores
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MÉTRICAS
Actividades claves a medir
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CANALES
Rutas al
consumidor
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ESTRUCTURA DE COSTOS
Costos de
adquirir clientes
Costos de
Distribución
Mano de Obra
Servicios
Etc.
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FLUJO DE INGRESOS
Modelo de
ingresos.
Tiempo de vida
del valor
Ingresos
Márgenes
|
REFERIDO A LOS PRODUCTOS
REFERIDO A LOS MERCADOS
Formato sencillo y de rápida confección. Comunica
mejor que un abultado plan de negocios.
TU PRODUCTO NO ES EL PRODUCTO
En el lienzo anterior, la caja del producto es menos
de la tercera parte. Muchos sólo se enfocan al producto porque es lo
que los apasiona y en lo que son buenos. En realidad, el modelo de
negocios es el producto.
Al cliente no le importan
tus soluciones. Les interesa resolver sus problemas. Las empresas,
sin embargo, parecen no entender esto, y se dedican a buscar
problemas que encajen en su solución.
Es muy poderoso reconocer
que el modelo es el producto. Ayuda a eliminar la fijación con “mi
solución”, para enfocarse a conocer lo que realmente necesita el
cliente y cómo poder ayudar a que resuelva esta necesidad.
IDENTIFICAR LA
PARTE MÁS RIESGOSA DEL PLAN
Los clientes compran
cuando confían que la empresa les puede resolver el problema. Los
inversionistas apuestas por la empresa cuando creen que puede
construir un modelo de negocio que pueda crecer. En todo negocio hay
riesgos. El trabajo real del emprendedor es reducir sistemáticamente
los riesgos de su iniciativa.
Para ello hay que atacar
primero la parte más riesgosa. No es por coincidencia que, para la
mayoría de los productos, la solución no es lo más riesgoso. A
menos que se esté tratando de resolver un problema técnico
particularmente difícil, lo más probable es que se pueda crear el
producto o servicio si se dispone de tiempo, dinero y esfuerzos
suficientes.
La parte más riesgosa de cualquier iniciativa es
construir algo que nadie quiere.
LAS TRES ETAPAS DE UNA
INICIATIVA
¿Hay un problema
que vale la pena resolver? (Ajuste Problema/Solución)
Aclarar esto antes
de continuar, y pasar meses invirtiendo recursos en una iniciativa.
Las ideas son baratas, pero hacerlas realidad es carísimo.
Un problema que
vale la pena resolver debe: ser una necesidad (necesario), por la
que se está dispuesto a pagar (viable), y que se puede resolver
(factible).
No suponer esto.
Usar técnicas de observación y entrevista al consumidor.
¿Tenemos algo que
la gente quiera? (Ajuste Producto/Mercado)
Con un problema que
vale la pena resolver se construye la Propuesta Unica de Valor
(PUV) y se verifica cuán bien la solución que tiene resuelve el
problema. Se averigua si lo que tenemos lo quiere la gente.
Esto se hace usando
métricas cualitativas y cuantitativas para medir el ajuste del
producto al mercado.
En este nivel se
tiene un plan que permite obtener clientes, retenerlos, y que
paguen.
¿Cómo acelerar el
crecimiento? (Escala)
Al llegar a este
punto hay cierto grado de éxito. El foco pasa al crecimiento del
modelo de negocio.
ATENDER PRIMERO EL AJUSTE
DEL PRODUCTO AL MERCADO. AFINAR DESPUÉS
Lo primero es ajustar el
producto al mercado, lo que influye mucho en la estrategia y la
táctica relativa a una iniciativa. Por eso, toda iniciativa se puede
dividir en “antes” y “después” de ajustar el producto al
mercado.
Antes de ajustar el
producto al mercado el esfuerzo está en aprender y
reorientar experimentando. Luego,
es crecer y optimizar.
Reorientar
es cambiar de dirección mientras se está aprendiendo. Es buscar un
plan que funcione. La optimización, por otro lado, es acelerar dicho
plan.
En los experimentos para
reorientar se intentan validar las hipótesis del modelo de negocios
para encontrar un plan que funcione. En los experimentos para
optimizar se intenta refinar las partes del modelo para acelerar el
plan. El objetivo del primero es corregir el curso, y del segundo es
más eficiencia o más tamaño.
Esta distinción
influye mucho tanto en la estrategia como en la táctica. Antes de
ajustar el producto al mercado la iniciativa se organiza para
maximizar el aprendizaje. Experimentar con varias propuestas de valor
para diferentes segmentos de mercado. Se comienza a
aprender más cuándo la probabilidad de lograr el resultado deseado
es 50%; esto es, cuándo no sabes qué esperar.
¿DÓNDE ENCAJAN LOS
FONDOS EN TODO ESTO?
A veces hay que
recurrir a financiamiento externo para una iniciativa. Lo ideal es
hacerlo después de ajustar el producto al mercado (aunque tal vez
sea necesario hacerlo antes): tanto la empresa como sus
inversionistas tienen objetivos alineados relativos a hacer
crecer el negocio.
A los inversionistas les interesa la tracción,
más que cualquier otra cosa, como medida del vínculo del producto
con el mercado.
Muchos emprendedores
creen que la fase 1 es escribir un Plan de Negocios y presentarlo a
un inversionista. No es la mejor forma de usar el tiempo. Tratar de
vender un plan a un inversionista sin ningún nivel de validación es
inútil.
Lo primero que se
necesita es hacer unas corridas para
validar el plan con los consumidores. Es eliminar el desperdicio
maximizando los recursos existentes antes de invertir esfuerzos en
adquirir recursos nuevos o externos.
El plan se prueba
haciendo “experimentos.”
PROBAR SISTEMÁTICAMENTE EL PLAN
El
plan se prueba haciendo “experimentos.” Un experimento sigue el
ciclo:
….
IDEAS
> CONSTRUCCIÓN
> PRODUCTO>
MEDICIÓN>DATOS>
APRENDIZAJE>
IDEAS...
Este
ciclo define la retroalimentación del consumidor que conduce el
esfuerzo de aprendizaje. Comienza con ideas que se usan para crear
algún artefacto con el propósito de comprobar una hipótesis. Se
pone ese artefacto frente al cliente y se “mide” su respuesta
usando una combinación de datos cualitativos y cuantitativos. Esos
datos sirven para “aprender” cosas específicas que permiten
aprobar o rechazar la hipótesis. De este resultado dependen las
siguientes acciones.
EL
PATRON DE INTERACCIÓN
Lo
interesante es correr varios experimentos que conduzcan a un fin
común, por ejemplo, validar el ajuste del producto al mercado. Esto
sigue una secuencia:
Entender
el problema > Definir la solución
> Validar cualitativo > Validar cuantitativo
(Ajuste
de la Solución al Problema) (Ajuste del Producto al Mercado)
En otras entregas ampliaremos sobre estos conceptos. Por lo pronto, en la siguiente reunión del Equipo Gerencial pregunte: ¿Cuál es nuestro Modelo de Negocio?
Nota:
El lienzo que verán a continuación puede ser trabajado en línea en: https://leanstack.com/
La versión en línea tiene un mes de prueba, luego hay que pagar una suma módica para seguir utilizando la herramienta.