BUSQUE A LA VÍCTIMA Antes de hablar con el que toma la decisión es bueno investigar un poco la empresa prospecto. Hay que buscar el mejor ...

BUSQUE A LA VÍCTIMA

BUSQUE A LA VÍCTIMA
Antes de hablar con el que toma la decisión es bueno investigar un poco la empresa prospecto. Hay que buscar el mejor punto de entrada para recopilar información que permita identificar los problemas que debe estar padeciendo por no estar aplicando nuestro producto o servicio. 
A veces el punto de entrada está determinado por el puesto de la persona con el que se tiene la relación directa de compra. Pero en una venta compleja, no hay una única persona en un único puesto  con quien hablar: hay más.
Primero, todo vendedor convencional en su industria llama a la misma persona de siempre, de modo que ella tiene práctica en poner barreras y restringir accesos. Incluso, si puede sortear ese obstáculo, su habilidad para diferenciarse de los otros vendedores que ya han pasado por ahí, es muy baja. Esos clientes son típicamente inmunes a las movidas de los vendedores.
Segundo, el comprador típico no es usualmente el mejor punto de entrada. El que compra muchas veces no conoce lo que siente la "víctima" (el que experimenta el impacto del problema). Se ve con frecuencia que el gerente al que el vendedor busca como primer punto de contacto, es el que históricamente ha comprado soluciones similares, y no es quién está experimentando las consecuencias del problema y el impacto de no tener el valor de nuestra solución. Con frecuencia no son la misma persona.
¿A quién llaman en medio de la noche?
Es mejor entrar a la organización por la puerta de la víctima, que suele ser la persona a la que llaman en medio de la noche cuando explota el problema. Es importante encontrar cuál es la víctima  de mayor nivel jerárquico y tratar de hablar con esa persona.
Se trata de entrar por el lado más productivo y menos obvio. Se trata de localizan a aquellas personas que su capacidad para cumplir objetivos está siendo restringida por el problema y su falta de solución. Esos son los que pueden iniciar una reacción en cadena que culmine en la compra. El vendedor hacer más rápida esta reacción identificando e incorporando a las víctimas por toda la organización, especialmente al gerente que está más amenazado.
El concepto de víctima es muy poderoso. Al llamar a los gerentes de las empresas con una solución que reduce las paradas de mantenimiento de 3 a 1 por semestre se tenían muchas "corridas en seco" (presentaciones a gerentes sin que culminen en una decisión de compra). Los gerentes no creían tener el problema o no creían que la solución funcionara. Como la solución sí se había visto funcionar por los gerentes, el problema estaba en que los gerentes no creían tener problemas: tenían presupuestada 3 paradas, y si eso era lo que tenían no había problemas. No entendía que 1 parada es muchísimo mejor. Tenían lo que llamo un dolor normalizado, que existía pero que ya ni les molestaba. Y si el gerente compraba la solución si se veía amenazado su presupuesto, ademas de los riesgos de implementación. Conclusión, no hay venta.

¿Quién tiene el problema porque el gerente de planta no compre la solución? ¿Quién es aquí la víctima? Todas las áreas en donde era aplicable la solución estaban bajo el mando de un Vice Presidente, que estaría más que feliz si las paradas pasaran de 3 a sólo 1. Se contactó a ese vice presidente y en menos de 3 meses se obtuvo la firma del contrato.  
Aprenda a encontrar la víctima. Hable con ella.