¿Se ha preguntado por qué tantos planes no se cumplen? ¿Cuántos acuerdos se toman en reuniones que después no se implementan? ¿Por qué dos p...

LA IDEA EN UN MINUTO, LA IMPLEMENTACIÓN LLEVA DÍAS

¿Se ha preguntado por qué tantos planes no se cumplen? ¿Cuántos acuerdos se toman en reuniones que después no se implementan? ¿Por qué dos personas quedan en algo y luego ninguna cumple lo convenido? ¿Se cumple realmente la Misión que está colgada en un bonito cartel en la recepción?

En las empresas se “lanzan” con frecuencia programas: calidad total, full marketing, orientación al cliente, etc. Todo parece comenzar bien, pero poco a poco el entusiasmo se pierde, la ola pasa y todo regresa a la normalidad.

Es un patrón que en DAG Consultores vemos una y otra vez.

Por ejemplo, se hace una reunión con los operarios de determinada área para identificar problemas y oportunidades. Se plantea que hay un problema de comunicación y de falta de trabajo en equipo (¿quién no tiene algo de eso en su empresa u organismo?) Alguien lo registra, queda en un informe o acta y… no pasa nada.

La idea aparece en un instante, y puede ser muy buena. ¿La implementación? Brilla por su ausencia.

Si hay que mejorar la comunicación y el trabajo en equipos, por ejemplo, habría que definir quien va a trabajar con quién, qué asunto van a tratar juntos, qué método van a aplicar, a quién van a reportar sus hallazgos, qué indicador de rendimiento se utilizará, a quien responde el equipo creado, cual es su misión, cual es el sistema en que operarán, cuáles son los límites de autoridad, qué hay que registrar, con qué frecuencia, cuándo se chequea el avance, qué insumos necesitan para poder trabajar, quién apoya, quien soporta, en qué lugar y momento se hará el trabajo, qué capacitación deben recibir, cómo van a poder comprobar sus ideas, cuándo se tiene que tener el primer borrador, habrá o no pilotaje, cuando se presenta el informe a un nivel decisor, etc.

De nada vale que se nos ocurran ideas buenas que no se implementan. Dicho de otra forma, hasta que una idea no se implementa, no pasa de ser una buena intención, una pérdida de tiempo y una frustración. Eso no significa, sin embargo, que hay que implementar todo lo que a alguien se le ocurra. Pero hay que decidir si se implementará o no una idea. Y de nuevo hay que pensar en qué criterios para seleccionar, qué recursos se requieren, qué conocimientos, cuanto personal, etc.

Los directivos jamás tienen tiempo para pensar en esto. Viven apagando fuegos. Es entonces que llaman a los consultores. Y allí tal vez podemos ayudarlos.

0 coment�rios:

¡Cuéntanos que te pareció!